lunes, 30 de agosto de 2010

Océanos Azules vs. Océanos Rojos

Si hablamos de estrategias empresariales coexisten hoy dos estilos diferentes de pensar el mercado.  
Hay quienes se debaten en océanos rojos, otros en cambio preferimos por los azules.
W. Chan Kim y Renée Mauborgne abordan ambas posturas en su libro Blue Ocean Strategy, invitando a los lectores a repensar el entorno elegido para el desarrollo de su negocio.
¿Cómo funcionan los océanos rojos?
En los océanos rojos: 


  • Los límites de los negocios están perfectamente definidos y son aceptados tal cual son. 
  • Las reglas del juego competitivo son conocidas por todos. 
  • Las  empresas tratan de superar a los rivales en una competencia despiadada.  
  • Los competidores nunca dejan de aparecer y el juego de estrategias es simplemente una lucha por una porción del mercado
  • La existencia de más competidores disminuye las posibilidades de crecimiento.
  • El desarrollo se ameseta y los negocios se estandarizan. 

    El resultado, finalmente es una competencia sangrienta, de ahí la metáfora sobre el color rojo del océano.
    Cuando en cambio vemos al mercado como un Océano Azul:


    • La competencia se vuelve irrelevante. 
    • Las reglas de juego no están pre-definidas.
    • No hay límites.
    • No existen  por lo tanto estándares estratégicos.
    • Las posibilidades de crecimiento son rentables y sostenibles en el tiempo.  
    • El competidor pasa a un segundo plano y deja de serlo.  
    • Surge la posibilidad de pensar en el colega como en un colaborador que nos ayuda y al que ayudamos.
    El entorno se asemeja a un mar calmo, ideal, azul, en el que el desarrollo de las actividades transcurre sin mayores sobresaltos.
    Un ejemplo muy claro de esta última postura es el  Cirque du Soleil, que indudablemente ha sabido crear un océano azul caracterizado por un concepto de espectáculo innovador, totalmente diferente a los espectáculos circenses tradicionales, que con su propuesta logró ampliar las fronteras de su mercado objetivo y diversificar su público.

      La forma de generar un cambio parecería ser entonces la constante reinvención y redefinición de nuestra empresa. 
      De esta manera la creatividad se hace visible, nos permite tangibilizar el servicio brindado y asegurar la sustentabilidad de nuestro negocio en el tiempo.
      Sólo hace falta dar un salto en valor y enfocarse en la ficha más importante de nuestro juego, “El Cliente”.

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